Relatos

Dolor

El dolor es inherente en nosotros, existe por muchas causas y diferentes razones.

La experiencia del mismo es tormentosa y a veces desgarradora, pero la realidad es que si lo acogemos, lo sentimos y lo sanamos, se vuelve de un gran valor en nuestra vida.

Tenemos la opción de elegir cómo enfrentar el sufrimiento, tenemos la opción de mirar hacia otro lado y quizá también de querer anestesiarnos hasta que todo pase.

Tenemos la opción de vivir un infierno constante o también tenemos la opción de ver más allá.

Podemos aprender mucho de nosotros mismos en los momentos más oscuros, podemos reforzar nuestras creencias o derribarlas por completo.

Si algo estoy aprendiendo y creo que nunca dejare de aprender es que al final de todo no se nada… y eso está bien… estoy en continua construcción y demolición de creencias o valores que ya no comulgan conmigo, estoy en modo de aprendizaje continuo y evitar ser víctima de mi misma, elijo ser la única y total responsable de las decisiones de mi vida y elijo ser consecuente con todas y cada una de las decisiones que me han llevado hasta el punto de hoy.

El dolor va unido al miedo y a la incertidumbre, son emociones que no nos hacen sentir cómodos y que nos sacan totalmente de nuestra zona de confort.

Puede que eso sea lo que necesitamos y por no darnos cuenta la vida, te lo muestra una y otra vez..

Hay que asumir que no existe una vida sin problemas, que no existe una vida sin conflictos, sin pérdidas, sin llantos, no existe… Nadie está a salvo de todas estas cosas mientras viva y si, es duro, y si, es arduo el camino y a veces tocas fondo de tal manera que no ves la luz, pero una vez pasa todo, una vez la vorágine se calma y tú mente y corazón se alinean vuelves a brillar si así lo quieres.

Hay que vivir, hay que arriesgarse, hay que tener valores claros por los que luchar y desestimar lo que ya no vale, hay que reajustarse, hay que tener responsabilidad propia en todos los aspectos.

Hay que dejar de culpar a la gente por no cumplir con las expectativas, pero obviamente si no sintonizan contigo dejar ir, sin más… Hay que construir relaciones sanas y para eso hacen falta momentos difíciles, hay que aprender a comunicar lo que se necesita y lo que se quiere sin miedo al rechazo, hay que empatizar con las personas que queremos y cuidarlas.

Hay que dejarse querer, cuidar, amar y sobretodo hay que vivir como si de una gran experiencia se tratara.

Hay que cuestionarse el miedo, hay que sacarle agallas a la vida, hay que enfrentarse a las inseguridades y a tus propias creencias para avanzar.

Vivir y solo vivir….

Porque hay quien simplemente ya no puede hacerlo…

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