Relatos

Casa o lucha.

Me encanta la gestión emocional, no sé si os habréis dado cuenta. Es algo que siempre me ronda y que cada vez que puedo hablo de ella o intento explicar mis conclusiones o mis vivencias en mayor o menor grado o simplemente escucho lo que otros piensan al respecto.

Yo no soy psicóloga ni nada por el estilo, solo soy una persona experimentando su vida e intentando gestionarla de la mejor manera que sabe en cada momento.

Es curioso, y hablo por mí, por muchas veces que me caiga, por muchas veces que me tiren, por muchas veces que coma suelo, siempre me puedo volver a levantar, si de verdad quiero, puedo.

He tenido una época muy larga de mi vida en la que he huido de toda emoción, de todo dolor que pudiera hacerme daño, hasta que la vida misma te dice, para, esto lo vas a vivir y no vas a poder salir corriendo, tienes que afrontarlo.

Y ahí, ahí es donde cambias.

Sabéis lo que he aprendido y es una constante en mi vida? Que nunca nada es para siempre y que a veces un para siempre solo dura un segundo.

Ya lo decían en Alicia en el país de las maravillas, que película tan sabia.

Yo he pecado mucho de auto exigencia, he sido muy dura conmigo y quizá mi mayor enemiga durante muchísimo tiempo, a veces no lo niego todavía lo soy, es algo que estoy trabajando y ser así me ha privado de muchas cosas.

La vida me ha enseñado que no sirve de nada ser auto exigente, que no sirve de nada estar posponiendo las cosas, que no sirve de nada no aprovechar los momentos que te brinda, que no sirve de nada hacerse la dura, que no sirve de nada porque cuando ella quiera te lo quita todo y ya no podrás hacer nada por remediarlo, esto de que tenemos todo el tiempo del mundo es mentira.

La vida no es fácil, quien diga lo contrario miente, pero hay personas, momentos, lugares, situaciones, gestos que valen mucho la pena y perdérnoslos por pensar que tenemos tiempo mañana, es un error.

En mi momento de lucidez, así quiero llamar al momento en que tuve que vérmelas conmigo misma, fui consciente que solo no es aquel que siente la soledad a causa de que los demás no estén, es aquel que no se deja ayudar, es aquel que rechaza una mano amiga y es aquel que se recluye en su armadura y piensa que así se salvará de todo mal.

Lo reconozco a mi me costo mucho esfuerzo y muchas lágrimas convivir con la soledad y no era una soledad física, porque soy una persona sociable y tengo mi familia y mis amigos.

Mi soledad era mental, yo misma había creado una cárcel que casi me era imposible de franquear.

Cuando tuve que verme la cara en el espejo y mirarme a los ojos, reconocerme que sola no podía fue creo el momento más duro de vulnerabilidad que había tenido conmigo misma, pero a la vez el más liberador del mundo.

Yo que siempre había estado en miles de terapias creyendo que con solo acudir ya estaba haciendo algo por mí, me di cuenta que no, que hasta que no me reconocí y me abrí a ser ayudada nada iba a surgir efecto, ni millones de libros de autoayuda, ni terapias, ni videos de coaching, ni nada, porque no me dejaba acompañar y sola, de un pozo sin cuerda, no sales.

Cuando me decidí a liberarme y dejé que me ayudarán todo cambio. Me rendí a mis errores, me rendí a mis patrones, me rendí a mis valores mal adquiridos, a mi rabia, a mi tristeza, me rendí y cuando deje de luchar por fin conseguí empezar a ver que mi barrotes se difuminaban.

Siempre todo el mundo te dice venga lucha, no te rindas, venga que tú puedes, venga que no sé diga que te echas para atrás, cuan equivocados están.

Yo había vivido luchando, luchando contra todo, todos los días, siempre sacaba uñas y dientes para todo incluso para lo que no debía, ahí estaba yo y mi lucha constante.

Sabéis lo que conseguí con esa actitud de vida? Rabia, odio, frustración, resentimiento, y un montón de emociones que os juro que todavía algunas me coletean, siempre quedan cicatrices donde antes hubo heridas.

No sirve de nada solo luchar.

Quiero decir, que no soy ni la primera ni la última en tener complicaciones en la vida, no soy la primera ni la última que tiene momentos de ahogo, ansiedad o que ha pasado momentos muy duros y que no veían salida, pero la lucha no es el único camino que hay que hacer, la lucha es una ACTITUD DEFENSIVA, por lo tanto nunca irá a construir, como mucho servirá para retener.

Luchar es estar alerta, es estar siempre en guardia, es siempre tener el arma de guerra en la mano y así no se puede vivir constantemente.

Es curioso verdad la fuerza que tienen las palabras? Es curioso que a veces nos hablamos y creemos que estamos siendo positivos con alguien o con nosotros mismos cuando nos dicen o les decimos: VENGA LUCHA!!

En realidad les estamos diciendo: en guardia, no bajar la mirada, no se puede descansar, no esta permitido vivir, les estamos gritando: Esto es la guerra y no puedes flaquear.

Lo triste, que no nos damos cuenta.

No discuto que hay momentos en que quizá se tenga que estar en guardia, no discuto que hay situaciones complejas que requieran de un momento de lucha, el error, es constantemente vivir en la lucha, el error es no ver que hay que volver a casa, no es una actitud que deba ser mantenida diariamente en la vida de nadie.

Hoy por hoy creo en otra clase de palabras que para mi significan: volver a casa, creo en acompañar, creo en ayudar, creo en hablar, creo en la vulnerabilidad, creo en los abrazos, creo en los silencios compartidos, creo en te cojo de la mano para que sepas que estoy ahí, creo en que llorar libera y no es nada malo, creo en que mostrar las emociones es sano y te une a los tuyos, creo en la aceptación. Hoy por hoy me rindo a la vida y a todo lo que esté por venir, que yo le pondré ganas e intentaré gestionarlo lo mejor que sé en cada momento y sé que lucharé, pero solo cuando toque, porque ahora sé que volver a casa es lo que quiero.

Lucha o casa? Esta canción creo que representa muy bien lo que quiero decir, os la comparto.

4 comentarios en “Casa o lucha.”

  1. Gracias por este Post. Me encanta como las dudas, situaciones de la vida, son iguales para todos. Gracias por escribir tus inquietudes y tus pensamientos. Sigue así. 🙂

  2. Me gusta tu hoja de ruta porque eres parte vital de la tierra y generas una gran armonía con todo lo que implica vida y razón de ser. Por todos los que vivimos exiliados, por los desposeídos que buscamos patria en la nuestra. Por los que soñamos con el rostro armado de valor y al despertar nos espera otra realidad. Por la ramera sacrificada otra vez en el pozo de las lapidaciones de una moral hipócrita y farisea. Por los humillados y arrodillado, cuya única chispa de dignidad está en la hoja fría de su puñal. Por los sabios atómicos que descubren las ecuaciones de la muerte en una probeta de laboratorio y celebran con júbilo el triunfo de la razón y de esta lógica infame en fin …Por todos. Por ti por mí, para que cese el dominio tiránico de la Cruz y el patíbulo y que nos conceda para esta vida la salvación que nos promete para después de la muerte!!

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.